Pensé que un día después del grito el zócalo estaría vacío, pero mi sorpresa fue grande al ver a miles de personas disfrutando estas noches patrias, apreciando los millares de focos que forman imágenes de nuestra preciosa bandera, de la campana de la libertad, de nuestro hermoso ángel y de los padres de la nación.
Podemos tener ideologías, religiones en incluso razas diferentes, pero hay algo que nos une a todos los que nacimos en esta tierra, que nos hace sentir bien cuando escuchamos el himno nacional, y nos vibra el corazón al escuchar ¡¡¡Viva México!!!
Unos ricos esquites muy picositos para dar el grito despues de comerlos
Con orgullo en mi ser, puedo decir que soy mexicano y que si muero lejos de mi tierra, que digan que estoy dormido y que me traigan aquí.
En la calle Francisco I. Madero
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