Así nos ven en...Argentina


En México hay dinero, pero poca innovación
09/10/11
Por FRANCIS PISANI PERIODISTA INDEPENDIENTE, BLOGUERO, EXPERTO EN NUEVAS TECNOLOGÍAS DIGITALES 




Ninguno de los mexicanos con quienes he podido entrevistarme parece percibir en su país un clima de innovación dinámico. Por “clima de innovación” entiendo las condiciones propicias para innovar, crear empresas, lanzar iniciativas susceptibles de cambiar la sociedad y, por qué no, el mundo.
A pesar de lo irrefutable del diagnóstico no existe consenso sobre las pistas que lo explicarían y que, por tanto, permitirían remediar dicha carencia.

Ex alumna del Massachusetts Intitute of Technology donde trabajó en el famoso Media Lab (el programa One Laptop Per Child – una computadora por niño – one.laptop.org), Carla Gómez Monroy se dedica a un proyecto “social”: Los Agentes 360. Se trata de grupos de jóvenes que, siguiendo un modelo estructurado por el Banco Interamericano de Desarrollo, detectan los problemas de su comunidad, proponen soluciones, las implementan y luego relatan su aventura (agentes360.blogspot.com).
Se queja del sistema educativo que no alienta el brote de emprendedores , más bien incita a los recién egresados a buscar un trabajo seguro dentro de una gran empresa. “Apenas un puñado de universidades cuenta con presupuesto para investigación,” asevera. El colmo, según Carla, es que Telmex (la empresa dominante en telefonía, propiedad de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo) “financia proyectos de investigación en MIT, pero no en México.” Tal contradicción no significa que los mexicanos carezcan de creatividad. Carla se fascina por la multiplicidad de invenciones individuales que descubre casi en cada esquina y resuelven problemas concretos. Trátese del chavo que arma un estéreo para que a la salida del metro la gente escuche sus CDs y se interese en comprarlos, de los dispositivos para almacenar agua de lluvia en los pueblos con sequía, hasta la introducción de paneles solares.
Ricardo Suárez, fundador de Yumbling.com – empresa que aspira a convertirse en “referente en materia de diversión” en la Ciudad de México y parece encaminado a logarlo –, también habla de serias dificultades.
Encontró el dinero semilla indispensable (una parte viene del Gobierno) para desarrollar la plataforma necesaria en el lanzamiento de su empresa pero, para poder crecer hoy, el panorama se complica. “Hay dinero en este país”, me confió en un café de esta ciudad, “pero se invierte en industrias más tradicionales o en empresas que ya generan ganancias.” Lo contrario de lo que hace falta para una start-up en tecnologías de la información y de la comunicación.
Aunque en México no escasean los desarrolladores “con ganas”, siguen siendo bastante minoritarios, aun en el seno de los jóvenes. El Gobierno comienza a prestar atención y a movilizar recursos, pero quienes disponen de capital lo destinan a otros sectores, alejados de riesgos.
Creo que la introducción de las innovaciones a un país siempre puede verse como un archipiélago dinámico cuyas islas se multiplican a mayor o menor ritmo en un mar de indiferencia y/o de incomprensión.
En México existe, pero las islas son todavía poco numerosas y mal conectadas . Sería deseable que no haga falta esperar una generación entera para que dicho archipiélago prospere.

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