La cerveza es sin dudas una de las bebidas más populares en todo el mundo, pero aunque nadie desprecia el sabor de una cerveza de venta masiva en cualquier bar o supermercado, lo cierto es que las cervezas que nunca se van de nuestra mente y quedan grabadas en nuestro paladar son esas delicias artesanales que hemos tenido la suerte de probar en algún pueblo, en alguna fiesta regional o en uno de esos ignotos pubs que nos sorprenden gratamente con algún detalle único.
Si el objetivo es gozar de ese sabor inigualable e inolvidable, no será necesario buscar en Internet las fechas de la próxima fiesta de la cerveza artesanal en alguna lejana localidad. Solamente tendremos que armarnos con algo de paciencia y decidirnos a encarar la aventura de fabricar cerveza artesanal en nuestro propio hogar. Aunque te parezca muy complejo, es realmente muy sencillo que te transformes en un humilde productor de cerveza, satisfaciendo así tus propias necesidades y las de tu familia y grupo de amigos.
En principio, hay que tener en cuenta los materiales e ingredientes que resultan imprescindibles para fabricar cerveza casera:
Ingredientes
Agua
Cebada
Lúpulo
Levadura
Materiales
Una olla grande
Una heladera de camping
Una licuadora
Un termómetro
Un recipiente con tapa
Un globo de cumpleaños
Un caño largo de cobre
Dos metros de manguera
Contando con todos estos elementos e ingredientes, ya podrás comenzar con el proceso de fabricación de la cerveza artesanal.
Primer paso
La primera actividad que deberás realizar será maltear la cebada en una olla grande, además de germinar los granos en agua después de molerlos. Luego de lograr esto, deberás mezclar la cebada ya malteada con agua caliente. Se irá conformando una especie de papilla, la cual deberá mantenerse en el fuego durante dos horas a 65°C. Concluido ese tiempo y extraída el agua quedará el mosto, un líquido denso y dulce que es vital en el proceso.
Segundo paso
A continuación, el mosto debe ser hervido durante una hora y media. Durante el hervor es necesario ir agregando el lúpulo, destinado a brindar el aroma y el toque amargo que caracterizan a la cerveza. Gracias a este proceso el producto se esteriliza, evitando la proliferación de bacterias. Luego de concluido el hervor, será necesario revolver con fuerza la preparación, con el propósito de depositar en lo más profundo de la olla todos los residuos que puedan haber quedado, intentando siempre obtener una cerveza límpida y transparente.
Tercer paso
Es clave que todos los elementos y recipientes empleados se encuentren convenientemente desinfectados, para evitar como dijimos anteriormente cualquier tipo de bacterias. Más aún en este paso, momento en el cual se enfría la cerveza. Se trata de lograr que el producto llegue a los 20°C lo más rápido posible, partiendo de una preparación que en ese momento estará en 100°C. Para lograrlo, se pasará la cerveza por el interior de un caño de cobre, previamente enfriado con hielo. Posteriormente se agrega la levadura, la cual tiene que estar hidratada desde las 24 horas previas a su incorporación.
Cuarto paso
Hasta aquí tenemos una mezcla de mosto, lúpulo y levadura. La misma deberá ahora pasar a un recipiente, donde se cumplirá el proceso de fermentación. En consecuencia, los azúcares del mosto se transformarán en alcohol y gas, dos elementos que no pueden faltar en nuestra cerveza artesanal. Para evitar ruidos y explosiones, el recipiente destinado a la fermentación se tapa con un globo tradicional de cumpleaños, pero pinchado para que el aire salga y no entre.
La preparación debe dejarse una semana en un lugar fresco y oscuro, con el objetivo de disminuir su densidad. Si los pasos se realizaron correctamente, al destapar el recipiente debe aparecer un líquido verde y espumoso. Con posterioridad, esta producción se deberá transportar a otro recipiente fermentador (puede usarse el mismo, convenientemente desinfectado) y dejarse al frío por una nueva semana.
Quinto paso
Luego de siete días, la cerveza ya debe estar en condiciones de ser embotellada. En las botellas terminará su maduración, dejándose como mínimo 15 días en reposo en la heladera. Sin embargo, se aconseja para lograr un mejor resultado dejarla algunos días más, incluso un mes completo. Con una maduración perfecta y una bebida helada, evidentemente la cerveza obtenida no podrá tener desperdicio…
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