Apelando a la nostalgia un hombre de Hungría tomo este viejo autobús Ikarus y le dío una nueva vida (parcialmente) pues tomó la mitad de la parte delantera para crear una pequeña oficina en su casa. En el interior, alberga un pequeño escritorio con suficiente espacio para colocar un monitor y la laptop. Además de las piezas técnicas, llamativos accesorios de escritorio rojos fueron añadidos para complementar la nueva oficinabus.
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